FUNDACIÓN CARDIOGNOSIS CRÍSTICA

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LA FRASE DEL DÍA

"La Mujer es el pensamiento más bello del creador, hecho carne, sangre y Vida" -Samael Aun Weor

miércoles, 1 de septiembre de 2010

LA FALACIA DEL EGO

La falacia del ego es el hábito de engañar sin limitación alguna, procesándose ésta a través de las series del yo.
Cualquier persona puede cometer el error de volarse el cráneo como lo hace cualquier suicida cobarde e imbécil, pero el famoso yo de la Psicología jamás podrá suicidarse.
Las gentes de todas las escuelas pseudo esotéricas tienen magníficos ideales y hasta sublimes intenciones, pero todo eso continúa existiendo en el terreno del pensamiento subjetivo y miserable, todo eso es del yo.
El yo siempre es perverso, a veces se adorna con bellas virtudes y hasta se viste con la túnica de la santidad.
Cuando el yo quiere dejar de existir, no lo hace en forma desinteresada y pura, quiere continuar en forma diferente, aspira a la recompensa y a la dicha.
Por estos tiempos mecanizados de la vida hay producción en serie, series de carros, series de aviones, series de máquinas de tal o cual marca, etc., todo se ha vuelto series y hasta el mismo yo es serie.
Debemos conocer las series del yo. El yo se procesa en series y más series de pensamientos, sentimientos, deseos, odios, hábitos, etc.
Que los divisionistas del yo continúen dividiendo su ego entre "superior e inferior", allá ellos con todas sus teorías y el tan cacareado yo superior y ultra divino controlando al infeliz yo inferior.
Bien sabemos que esa división entre yo superior y yo inferior es falsa en un ciento por ciento. Superior e inferior son dos secciones de una misma cosa. Yo superior y yo inferior son las dos secciones de Satán, el yo.
¿Puede acaso una parte del yo reducir a polvo a otra parte del yo? ¿Puede acaso una parte del mí mismo decretar la ley del destierro a otra parte del mí mismo?
Lo más que podemos hacer es ocultar astutamente lo que no nos conviene, esconder nuestras perversidades y sonreír con caras de santos, ésta es la falacia del ego, el hábito de engañar. Una parte del mí mismo puede esconder a otra parte del mí mismo. ¿Es esto algo raro? ¿Acaso el gato no esconde sus uñas? Esta es la falacia del ego. Todos nosotros llevamos por dentro al fariseo, por fuera estamos muy bonitos, pero por dentro estamos bien podridos. 

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